Consejos útiles

Identifiquemos cómo nuestra familia y nuestros amigos pueden hacernos la vida más fácil.¿cuál es el miembro de la familia que puede ayudarnos a que nuestra vida sea más fácil? Seamos tan específicos como podamos. ¿Ayuda nuestra familia y nuestros amigos, no comiendo dulces o comida rápida cuando estamos con ellos? Escuchan y tratan de entender cuando manifestamos algún problema que hemos tenido con la diabetes? Se ofrecen para colaborar con el ejercicio diario o realizar las caminatas que debemos hacer diariamente?
Identifique nuevamente cómo nuestra familia y nuestros amigos hacen nuestra vida con diabetes más difícil. Otra vez, seamos lo más específicos posible. ¿Nos tientan con alimentos que tratamos de resistir? Se sienten ellos impacientes cuando nos tenemos que tomar un tiempo con alguna tarea relacionada con nuestra diabetes? Son ellos indiferentes cuando hablamos de nuestras frustraciones con la diabetes? Esta lista nos ayudará a decidir qué necesitamos de nuestra familia y amigos para obtener el apoyo que necesitamos y merecemos.

Comunicación es la llave; nadie puede leer nuestra mente. Para comunicar efectivamente debemos ser:

  • Específico (Esto ayuda a las personas que se interesan por nosotros a saber exactamente lo que necesitamos)
  • Positivo (Decirle a las personas que nos rodean "me haría esto" en lugar de "necesito esto", es una forma más alentadora de solicitar ayuda.)
  • Realista (Comencemos con cosas que las otras personas pueden hacer y llegar a obtener éxito, de esta forma nosotros también nos beneficiamos con ese éxito)
  • Agradecido (Nuestra familia y amigos van más allá de toda ayuda cuando saben en lo que realmente pueden ayudarnos)

 

Ser Madre con diabetes

La diabetes gestacional tiene lugar cuando las hormonas y el aumento de peso a causa del embarazo interfieren con la capacidad del cuerpo femenino de utilizar adecuadamente la insulina. Este tipo de diabetes puede afectar a mujeres que nunca hayan padecido diabetes. La diabetes gestacional puede afectar al 7% de las mujeres embarazadas.1 Este tipo de diabetes suele desaparecer después de dar a luz. La diabetes gestacional puede provocar una tensión alta en la madre y un peso mayor de lo normal en el niño. Además, en el futuro existe un mayor riesgo de padecer diabetes de tipo 2 tanto para la madre como para el niño. Además, el niño puede sufrir un mayor riesgo de padecer obesidad infantil.
Puede reducir estos riesgos manteniendo un peso razonable, realizando ejercicio físico habitualmente y comiendo de un modo saludable. Además, darle el pecho puede reducir el riesgo del bebé de sufrir diabetes de tipo 2. Consulte con su médico para crear un plan de control que se adapte a usted y a su bebé

El cuidado de los niños

El hecho de que a su hijo le hayan diagnosticado la diabetes no tiene por qué empeorar su calidad de vida. Su hijo y usted tendrán un mayor número de responsabilidades a lo largo de los años, pero esta autodisciplina añadida podría ser beneficiosa para él.

Como progenitor de un niño o bebé al que se le acaba de diagnosticar la diabetes, la enfermedad de su hijo le puede afectar mucho más de lo que le afecta a él mismo niño. Después de todo, su hijo depende totalmente de sus cuidados, no sólo del tratamiento de la diabetes. Incluso a medida que su hijo empieza a andar y hablar, la diabetes puede suponer una parte muy pequeña de su mundo. Los niños viven el momento. El automonitoreo o la insulina que hicieron que se ponga tan mal estarán olvidados en un momento.

Para su propia tranquilidad, así como para la salud de su hijo, aproveche cualquier oportunidad posible para concientizarse sobre la enfermedad. Participe en un grupo de apoyo local, donde conocerá a otras familias que se enfrentan todos los días a los mismos problemas. Asegúrese de cuidarse. La diabetes es una responsabilidad del día a día, en ocasiones cada hora cuenta, así que si no tiene cuidado podría terminar exhausto.

Consejos para el cuidado de niños de corta edad

- Escuche a su hijo con atención. ¿Hay cosas que no entiende del todo?
- Escoja sus palabras con cuidado. No diga que el nivel de azúcar en sangre es “bueno” o “malo”; en lugar de eso, utilice las palabras “alto”, “bajo” y “normal”.
- Felicite a su hijo por ser valiente en el momento de los análisis o las inyecciones.
- Déle cariño y afecto en el momento de los análisis o las inyecciones. Un abrazo después de realizar un análisis de azúcar en sangre puede ser de gran ayuda.
- Deje que el niño participe escogiendo el dedo en el que quiere que se le realice el análisis o frotando ese punto después del mismo.
- Cambie los lugares de las inyecciones con regularidad. Lo ideal es que sólo se realice una inyección al mes en un mismo lugar.
- Prepárelo todo antes del análisis. El proceso debe ser rápido y relajado. Cuando menos preocupado esté usted, menos nervioso se pondrá su hijo.
- Trabaje con su médico para perfilar un plan de comidas, análisis y medicación personalizado para su hijo.